Num.21
 
 

Editorial


 
 

El día veintinueve de octubre de 2004 asistimos a un histórico evento: la firma de un Tratado por el que se establece una Constitución para Europa, el advenimiento de una U.E. 'unida en la diversidad', ampliada a 25 países que continúan, con dicho Tratado, en la senda del progreso y la civilización en pos de un destino común. Una Europa que brindará a los ciudadanos europeos "las mejores posibilidades de proseguir, respetando los derechos de todos y conscientes de su responsabilidad para con las generaciones futuras, la gran aventura que hace de ella un espacio privilegiado para la esperanza humana". España ha sido el primer Estado en ratificar mediante referéndum la Constitución Europea -un 'rotundo' 76% frente a un 17% sobre un exiguo 42% de participación, cifras que ofrecen suficiente plasticidad para cualquier exegética-. No han escaseado, ciertamente, discursos de este timbre que buscaban suscitar la acrítica aceptación de procesos que tienen poco que ver, según creemos, con los motivos que expresan los distintos 'actores' y mucho más con los motores que animan un sistema económico en su fuga hacia adelante. Esta sanción democrática, esa hipertrofia del supuesto sujeto de este curso (Europa, la ciudadanía europea...), parecen ser los necesarios correlatos legitimatorios, a modo de efecto de compensación, de la expansión de, en palabras de Alain Badiou, "la automaticidad errante del capital".

La Unión, se nos dice, tiene los siguientes objetivos: promover la paz, sus valores y el bienestar de sus pueblos, ofreciendo un espacio de libertad, seguridad y justicia, obrando en pro del desarrollo sostenible basado en un crecimiento económico equilibrado, tendente al pleno empleo y al progreso social, protegiendo el medio ambiente y combatiendo la exclusión social y la discriminación, fomentando la justicia y la protección sociales y la solidaridad, respetando la diversidad cultural y lingüística y etcétera, en una economía social de mercado [sic] altamente competitiva. Las cosas, en efecto, están relacionadas unas con otras; pero no todas con todas ni todas del mismo modo. En las líneas que acabamos de citar se procede a la articulación de distintos elementos por la simple yuxtaposición, iterativamente. Digámoslo con la brevedad que requiere un editorial: No es posible llegar a ser la región más competitiva del mundo, y al mismo tiempo, bajo las condiciones de producción capitalistas, conservar los llamados 'logros civilizatorios de occidente'. Nos las habemos, a nuestro parecer, con una articulación de elementos y estructuras en convergencia en la que la estructura productiva capitalista tiene la dominante, haciendo imposibles algunos de los fines del Tratado. Estas palabras de un parlamentario inglés llamado Stapleton siguen manteniendo toda su validez: "Si China se convierte en un gran país industrial, no creo que la población obrera de Europa pueda competir con él sin descender al nivel de vida de sus competidores", Times, 3 de septiembre de 1873. Esta 'anacrónica' cita nos pone, según creemos, en una mejor disposición -respecto a la fraseología habitual- para la aproximación crítica a este asunto.

Dedicaremos la primera parte de la revista a dicho Tratado y sus implicaciones, en un dossier que hemos titulado '¿Qué Constitución para qué Europa?' Por otro lado, Juan Bautista Fuentes nos ofrece un trabajo sobre B. F. Skinner; un trabajo, como es costumbre en él, de un enorme rigor crítico. José L. Romero Cuadra amplía nuestro horizonte clasificatorio y nos acerca a esa proliferación -casi diríamos, 'metástasis'- de escuelas de psicología. Terminaremos con dos artículos: uno sobre la narratividad y lo real en el tiempo de la llamada postmodernidad, obra de Adolfo Vásquez Rocca, y otro sobre el análisis de un teorema económico a partir de la Teoría del Cierre Categorial:

Sumario

¿Qué Constitución para qué Europa?


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Con ocasión del Ier centenario del nacimiento de B. F. Skinner: crítica de la relación entre el análisis funcional de la conducta y la filosofía del conductismo radical
Juan Bautista Fuentes Ortega


Psicología y locura. Un esbozo clasificatorio
José Luis Romero Cuadra

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Semántica de los mundos posibles
Adolfo Vásquez Rocca

A propósito del teorema económico de los bienes autorreproducibles. Análisis gnoseológico del mismo: interpretación y crítica
Francisco Rosa Novalbos


 
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